Carlos Lampérez recuerda que toda esta
zona de las artigas se la llevó el río en 1937,
y hubo que proteger las artigas a base
de “estacau”, con ramas y estacas, a partir de la
caseta del Soto hasta el final casi de
arriba. El objetivo era sujetar al río, que se había llevado la mitad del sorteo. Aquella riada fue
la mayor que ha conocido Carlos Lampérez.
Artiga Vieja (1950, Amill).
Las artígas biéjas (2014, Grupo)
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